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viernes, 27 de enero de 2017

PRÁCTICA Nº 27: FREGAR LA VAJILLA A MANO

Está demostrado que usar el lavavajillas es la forma más higiénica de lavar los platos, ya que  para matar la mayor parte de las bacterias de un plato sucio, el agua debe llegar a una temperatura de unos 60ºC, algo que se consigue fácilmente con el lavavajillas pero que difícilmente conseguiremos con el agua del grifo.
Sin embargo, puede ocurrir que algunos domicilios no dispongan de él. En ese caso, no nos quedará más remedio que lavarlos a mano. Por lo que habrá que tener en cuenta un método adecuarlo de hacerlo: 

MATERIALES: 
  • Estropajo no abrasivo
  • Estropajo de acero inoxidable
  • Detergente lavavajillas
  • Barreño
  • Cepillo con mango para los vasos de tubo o similares
  • Guantes de goma
  • Delantal
PROCEDIMIENTO:

Si el  fregadero es de un solo seno, necesitamos también un barreño para el enjabonado. Así tendremos la parte del grifo y el sumidero para aclarar. Y si tenemos un fregadero de dos senos, podremos usar uno para enjabonar y otro para aclarar.

Lo primero, el orden
En primer lugar, será necesario retirar los restos de comida y aclarar con un poco de agua templada el exceso de suciedad. 

A un lado del fregadero, coloca todo en orden de limpieza. Coloca cerca los utensilios de cristal , como copas, vasos o cuencos. Después los platos y cubiertos y por último, las ollas y sartenes . Asegúrate de tener espacio para ir colocando las piezas limpias, que puede ser un escurreplatos acoplado al fregadero o una bayeta limpia extendida en la encimera.

Prepara el agua
Llena el fregadero de agua caliente hasta la mitad y añade un chorrito de detergente. Usa una temperatura alta que puedas tolerar cómodamente, pero no te quemes. Cuanto más caliente esté el agua,  mejor para la higiene y para cortar la grasa. Remuévela un poco para tener la mezcla perfecta para fregar.

El cristal lo primero
Empieza por las copas y vasos de cristal, ya que quedan mejor con el agua más caliente y limpia. Además, el agua caliente se evapora más rápido y deja menos marcas. (Para conseguir un mejor resultado, los dejaremos escurrir del revés para que se elimine el exceso de agua.)

Los platos
Lava bien los platos con movimientos circulares, tanto por arriba como por abajo. (Se colocarán sobre una rejilla para escurrir.)

Los cubiertos
Friega cucharas, tenedores y cuchillos. Y no olvides los utensilios de preparar y remover la comida como espumaderas, cazos, tenedores o espátulas de madera, etc.

Deja para el final los objetos más sucios
Lava por último las ollas y las sartenes ya que ensuciarán el agua. Primero deja que se remojen. Si algo se quemó en alguna olla o cacerola, ponle un poco más de jabón y agua y déjala remojando mientras lavas otros platos. Para el exterior de las sartenes, si la suciedad está muy incrustada, necesitaremos usar un estropajo de acero inoxidable.

Tras el enjabonado minucioso de platos y resto de utensilios, aclararemos bien con agua caliente para eliminar bien el jabón.

Los dejaremos escurrir, pero no mucho tiempo, porque la humedad favorece la formación de microorganismos patógenos, y los secaremos con un trapo limpio.Es importante que el trapo que usemos esté bien limpio y seco porque de no ser así, favoreceríamos la contaminación del trapo a los platos.

Antes de acabar del todo, nos fijaremos en el fregadero. Lo dejamos bien limpio y sin  restos de comida que puedan acumularse.

 Es muy importante fijarnos en la esponja que usamos para enjabonar, ya que puede pasar de ser un objeto de higiene a uno de transferencia de patógenos como E.coli, Salmonella y Staphylococcus, capaces de sobrevivir en zonas y objetos húmedos. En la mayoría de los casos, las esponjas se mantienen húmedas durante mucho tiempo, algo que se convierte en un perfecto medio para bacterias patógenas. Además, se ponen en contacto con superficies que tienen residuos de alimentos, y si estos quedan impregnados y no se eliminan, el caldo de cultivo está servido. Según un estudio reciente publicado por la Scientific Reports en 2019, la mejor forma de mantener estropajos y bayetas bien desinfectados, es ponerlos en remojo con un 10% de lejía durante al menos 5 minutos.




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